lunes, 11 de abril de 2011

Oh my Diet Coke

Mi nombre es Marilú y soy adicta a la Coca-Cola Light (o Zero).
Todo empezó durante el Mundial 2010. Mis padres siempre me concientizaron acerca de los daños de la gaseosa al cuerpo, por lo que nunca fui de tomar este tipo de bebidas. Pero cuando empezó la Copa del Mundo, y empecé a ver los comerciales de Coca Cola, y las propagandas tan motivadoras y alegres, pensé “bueno, una bebida así no puede ser tan mala, no?” (maldito departamento de publicidad).
Diseño limitado de Karl Lagerfeld
Primero la tomé como una alternativa inteligente a algún postre. Si estaba con antojo de dulce, una Coca Cola light me lo quitaba y sin calorías. Luego, para calmar el hambre a media mañana. Después me pareció mejor cambiar mi café matutino por una Zero, y sin darme cuenta terminé tomando tres o más botellas diarias.

Nathalie Rykiel (hija de Sonia Rykiel) también colaboró
Sé que la única forma de quitarme esta adicción es igual a cualquier otra rehabilitación, dejando de tomar por un muy buen tiempo. Sé que puede parecer una manía tonta, pero el poder que la coca cola ejerce sobre mí es muy fuerte.
Zac Posen, Manolo Blahnik y Ellen von Unwerth
No puedo dejar de tomar. La Coca cola me calma cuando estoy ansiosa, me llena cuando me siento vacía, me despierta si estoy cansada y me hace sentir tranquila. Pero me hace más daño que bien, mis huesos sufren por ella, los niveles de glucosa en mi sangre se vuelve locos y mi panza se hincha como la de Rango. Debo dejarla.

Blumarine
Es por eso que me he propuesto firmemente, no tomar ni una sola gota de bebida gaseosa en lo que queda de abril. Me ejercitaré compulsivamente si es necesito calmar mi ansiedad, apachurraré a mi mascotas para no sentirme solitaria, recurriré al maravilloso té verde para levantarme y retomaré el sano yoga. Pero dejaré esta adicción de una vez por todas.
(para más diseños, ver aquí)

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