Después de casi dos años, o incluso un poco más, estoy tomando unas largas vacaciones. Estas vacaciones no serán sólo una pausa de mi rutina, sino que significan el inicio de una nueva etapa. Necesito un cambio, y siempre es bueno empezarlo renovada, por lo que dedicaré una semana a purificar mi organismo de toxinas y mi mente de tensiones.
Primero mi cuerpo: Durante siete largos días no comeré ningún tipo de carbohidrato simple (azúcar, harinas refinadas, etc.) excepto por frutas, tampoco nada procesado, con edulcorantes o colorantes, sólo entrará a mi organismo cosas naturales y sanas. Para ser más clara, durante una semana comeré sólo lo que mi mami me diga.
Descongestionar mi mente va requerir mayor esfuerzo, pero básicamente dejaré de estar tanto tiempo en la computadora, revisando mis mails compulsivamente y conectándome a facebook cada dos segundos.
Esta desintoxicación es mi propia versión de las tantas que existen, ya que se adapta a mis necesidades. No es tan radical como otras, ya que me permito carnes y lácteos, pero ataca mis vicios, mis puntos débiles. Creo que es igual que con las dietas, uno debe conocer su organismo y saber cómo funciona. Muchas veces un ojo experto es quien debe dar las pautas, y no confiar en lo que se lee en cualquier página de internet.
Esta semana será dura. Dicen que para librarse de la adicción al azúcar, el primer día es manejable, los tres siguientes son un infierno, pero al quinto se despierta renovado. Ojalá pueda ser así y mantenga los buenos hábitos de esta semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario